miércoles, 8 de noviembre de 2017

¿Se perdió la creatividad en los niños con la aparición de la tecnología?

Es notable como el juego ha cambiado desde la aparición de la tecnología pero…

¿Por qué?

Se han modificado las formas de jugar y los juguetes mismos. Hablando de los juegos de antes se notaba más la interacción con otros y con el medio ambiente, los niños fabricaban sus propios juguetes y esto despertaba su creatividad, fabricando con trapos las muñecas, botones para el yoyo, camiones con restos de madera y para las ruedas tapitas, la rayuela se la realizaba en la propia tierra, ya que estos se realizaban por los niños mismo o con ayuda de un mayor tenían una carga más emocional. La infancia de nuestros padres y abuelos se desarrollaron con menos cosas, y hasta algunos no tenían la posibilidad de tener un mínimo juguete pero se las ingeniaban para poder disfrutar su niñez.
Los niños de hoy no tienen un juguete preferido, sino que sus preferencias van cambiando  de acuerdo a las demandas que  ofrecen el mercado, se nota más que los niños quieren tener el último juguete que salió al  mercado. Creo que no valoran tanto como antes ya que una vez que tienen el juguete ya pierde su alma, su deseo, en realidad, no tiene objeto  que pueda conformarlo ,porque siempre habrá otro objeto que le llame la atención. Después de la tecnología podemos notar a niños que utilizan la play, el juego de wi, tablet, celulares, computadoras, donde generalmente lo hacen individualmente, juegos que se podían jugar al aire libre lo pueden realizar en un ámbito más cerrado como en la pieza, living donde se encuentren estos elementos, por ejemplo, donde antes los niños podían jugar a las cartas al aire libre lo pueden hacer ahora en la computadora, o como también juegos de deportes. Mientras favorezcan las necesidades lúdicas y estén utilizados de buena manera son realmente interesantes y hay disponibles muchos más juegos. Es importante que los padres puedan ver y estar al tanto de lo que juegan o realizan en la computadora ya que los niños pueden llegar a la “adicción” o estar mucho tiempo en la computadora pueden generar trastornos del sueño.

JUEGOS DE ANTES Y  SUS FORTALEZAS
Ø  Herramienta de socialización.
Ø  Desarrollo físico-corporal.
Ø  Fuente de vivencias.
Ø  Desarrollo de la imaginación.



JUEGOS DE AHORA Y  SUS FORTALEZAS
Ø  Juegos didácticos
Ø  Gran variedad de juegos de diferentes estilos
Ø  Brindan efectos positivos en las capacidades intelectuales.
Ø  Los videojuegos estimulan la memoria y capacidad para retener conceptos numéricos e identificar colores.

Por más que esto haya cambiado, el juego debe estar siempre presente para que el niño pueda desconectarse y realizarlos porque ayudan al desarrollo del niño. Ningún juego es mejor o peor, los niños necesitan tanto la tecnología como estar en el aire libre. Considero que si se combinan estos dos, al niño le podría aportar para su experiencia y desarrollo, por esto el juego debe estar siempre presente. Es de gran importancia que la familia jueguen en conjunto así se genera una experiencia inolvidable para el niño y el pueda luego transmitirlo con otra futura familia.

Me parece importante destacar esta frase:
“Es en el juego y sólo en el juego donde el niño o el adulto como individuos son capaces de ser creativos y de usar el total de su personalidad, y sólo al ser creativo el individuo se descubre a si mismo” (Donald Woods Winnicott).
Es un buen método para la unión en la familia y la amistad, ya que se comparte momentos que quedar guardados en la mentes de los que juegan.
El juego cambió, pero esto no significa que ya no se juega más, sino que se incorporaron diferentes formas de realizarlo.

Autora: Dianela Vicentín

La importancia de jugar en grupo.

Cuando el niño aprende a jugar en grupo, se instala una posibilidad de que en él se construyan  valores como la solidaridad, el respeto, el compañerismo, la tolerancia, aprende a compartir y a socializarse.
El niño comienza a interactuar con sus pares a partir del año y medio, es en ese momento cuando los adultos deben fomentar y enseñarles la importancia del juego en grupo; es una herramienta significativa para él porque aprende a ser paciente y respetuoso con los demás.

En la medida en que se va desenvolviendo el niño en el juego en grupo, se debe promover la capacidad para esperar y respetar el turno.  Al jugar en grupo varios niños tienen la misma meta, entonces es allí donde se ve reflejado el trabajo colaborativo, para poder lograr un objetivo en común. En éste caso el adulto tiene la responsabilidad de ayudar al niño a entender y asimilar las reglas del juego. Esto debe practicarse en los primeros niveles escolares y también es muy importante en los hogares, porque al no realizarlo desde pequeños, porque luego en los años siguientes les cuesta más trabajo seguir las normas y reglas.
En los primeros años hay que estimular los juegos de correr, lanzar elementos (pelotitas, aros, etc.), juegos en ronda. Los más pequeños no tiene en cuenta si ganan o pierden, en cambio en edades más avanzadas si se lo tiene en cuenta.
Los padres tienen el rol de preparar a los niños para aceptar una derrota, y hacerles entender que a veces se gana y otras se pierde. Lo importante es hacer notar el esfuerzo, habilidades y debilidades que aparecen en el momento de jugar. Es imprescindible que los padres fomenten el juego en grupo con ellos para que  así a la hora de jugar con sus pares el niño se adapte más al juego.
Los juegos de mesa (rompecabezas, memoria, lotería, etc.)  Son una opción para iniciar el trabajo en grupo.
Para que el juego sea más a gusto el niño decide el tiempo que desea jugarlo.


Es importante que el juego en grupo para el niño sea placentero, para que le genere alegría, gozo, disfrute, bienestar, consigo mismo y con los demás.
Se potencia su creatividad: El juego hará que los niños sean emocionalmente más expresivos, que tengan más energía, que aprendan a comunicarse mejor y a tener más vocabulario. El juego les permite cuidar su sentido del humor, a potenciar su imaginación, a sentir pasión por lo que hace, a ser perspicaz y a poder conectar con el mundo que le rodea de una forma mucho más profunda. El juego ayuda a los niños a potenciar su creatividad a que sean capaces de inventar historias y de cambiar la perspectiva de la realidad.
Se fortalece su intelecto: Los niños que juegan libremente y que interaccionan más con otros niños, pueden potenciar su función cognitiva. Su cerebro se fortalece y desarrollan una mejor atención y memoria. Los niños que juegan físicamente y además potencian su intelecto.
Se desarrollan sus habilidades sociales: A través del juego los niños aprenden a llevarse bien con las personas y a afrontar algunos retos sociales. Cada oportunidad para jugar con otros niños es un curso rápido de cómo funcionan las interacciones sociales. Los niños pueden empezar a comprender el comportamiento de las personas y también a saber que en ocasiones las reglas, no siempre son justas para todos.

Entenderán y controlarán sus propios sentimientos: En el juego, las cosas no salen siempre como se planean y esto puede hacer que los niños tengan una montaña rusa de sentimientos difíciles de controlar. En muchas ocasiones, cuando los niños juegan no hay adultos alrededor para una decisión correcta y los niños deben aprender a medir sus propias respuestas emocionales para poder hacer frente a hechos que no aceptan o a cualquier otro tipo de conflicto. Habrá momentos que deberán dejar algunos sentimientos fuera de juego aplicando el autocontrol, la negociación, la empatía y aprender además, a obtener ayuda siempre que lo necesiten.

SCAREL ANA PAULAJ

¿Por qué jugar al “Tutti Frutti”?

En la actualidad, con el uso de las nuevas tecnologías, los niños se han ido olvidando algunos juegos tradicionales como, por ejemplo, el Tutti Frutti.
Es recomendado para niños de 8 años en adelante, se puede jugar de 2 o más participantes y solo se necesita lápiz y papel. Es beneficiario ya que ayuda a pensar y mejorar su vocabulario, estimula la memoria, el razonamiento, la concentración y la atención. También es un elemento socializador que enseña a los niños a ganar y perder, respetar normas y considerar las opiniones de sus compañeros de juego.
Para llevar a cabo el juego, los participantes deben confeccionar un cuadro con columnas y en la parte superior escribir, de forma horizontal, distintas categorías acordadas entre los participantes, en el margen derecho de forma vertical se colocan las letras y en el margen izquierdo la puntuación. Por ejemplo:
Letra
Nombre
Apellido
Ciudad o país
Frutas o verduras
Colores
Animales
Cosas
Puntos





































Se comienza cuando uno de los participantes relata el abecedario, los demás lo paran en determinado momento y con la letra que toca se debe completar cada categoría establecida para el juego. El primero que finalice debe decir “Tutti frutti” y automáticamente todos los demás deben dejar de completar sus casilleros. Luego se asigna una puntuación en calidad de la palabra escrita:
·         Palabras válidas escritas en una categoría y por un solo jugador, se asignan 10 puntos.
·         Palabras repetidas, se asignan 5 puntos.
·         Palabras no válidas o categorías incompletas, no reciben puntuación.
·         Si un jugador tiene una palabra y otro no, gana 5 puntos más.

El uso de las reglas aparece mucho antes de que el niño llegue al período de las operaciones concretas. A partir del uso de esas primeras reglas, los niños pueden comenzar a jugar a otros juegos reglados con la participación o no de un adulto. En estos juegos, los jugadores saben antes de iniciarlo lo que cada uno tiene que hacer, como es el caso del Tutti Frutti.
Existen diferencias entre el juego de reglas que desarrollan los niños pequeños y el que desarrollan los mayores. Los niños pequeños sólo juegan por su cuenta, sin tener en cuenta las acciones de los demás. En cambio, los mayores, se organizan para alcanzar la meta analizando las acciones de los demás y tratando de impedirlas o dificultarlas.
Los niños contemporáneos ya no implementan este juego en sus vidas cotidianas, ya que tienen otros recursos que les parecen más atractivos como la manipulación de tablets, celulares o computadoras. Es fundamental que puedan mantener contacto con este y otros juegos tradicionales, ya que tienen beneficios muy importantes y pueden ayudar mucho en el desarrollo intelectual del niño.
Elegí este entretenimiento ya que cuando era más pequeña me gustaba sentarme a jugar con mis amigas y nos divertíamos mucho. En la actualidad, poco se ve a los niños con juegos de estas características y sería bueno poder concientizar sobre los beneficios del mismo para que se vaya desechando la modalidad del juego solitario frente a una pantalla y se recupere la socialización entre los niños a través de este tipo de juegos.

Autora: Agustina Ferezin 


Bibliografía:

El juego a lo largo de la historia

Un juego se define como la actividad que realiza uno o más jugadores, empleando su imaginación o herramientas para crear una situación con un número determinado de reglas, con el fin de proporcionar entretenimiento o diversión. Existen juegos competitivos, donde los jugadores tienen que lograr un objetivo, y juegos no competitivos, donde los jugadores buscan simplemente disfrutar de la actividad. El juego se utiliza como herramienta educativa, pues en la mayoría de los casos funcionan estimulando habilidades prácticas y psicológicas. También es considerado un ejercicio recreativo sometido al concurso de reglas.
Es una de las manifestaciones más habituales en el ser humano desde su nacimiento. El niño, antes incluso de dar sus primeros pasos, tiende a buscar juegos rudimentarios que le producen una sensación de bienestar interno.
Vamos a recorrer una línea de tiempo para conocer la evolución que ha logrado el juego desde la prehistoria hasta el día de hoy.

El hombre del paleolítico empieza a crear, a través del juego, una serie de manifestaciones culturales cada vez más complejas, como el derecho, la moral, etc. De este modo, el juego se convierte en una faceta muy importante no sólo por lo que aporta de beneficio psíquico y físico para el ser humano sino también por los cambios que, poco a poco y casi de una forma inconsciente, va generando en la sociedad. En estas épocas prehistóricas el juego está muy relacionado con la esfera de lo mágico y lo divino. Casi todas las manifestaciones lúdicas de esta etapa de la humanidad eran parte integrante de algún ritual religioso. Así es como en el año 105 a.C se instituyen los combates de gladiadores, que antes se realizaban de manera particular. La función de dichos combates es la de rendir honor a los difuntos, un sacrificio que se imponía como deber del Estado.
En Roma, al ser una sociedad donde lo que primaba era el espectáculo por encima de todo, mucho protagonismo de la actividad física lo tenían los juegos. El más importante fue el juego de la pelota.
Acercándonos más a la Edad Media, la infancia no era contemplada como ahora, por lo que muchos niños trabajaban desde muy pequeños, sin que se conociera la importancia de su recreación o estudio. A pesar de ello, se encontraban juguetes típicos de su época. Uno de ellos son las muñecas, este tipo de objetos lúdicos son descritos durante sus primeras épocas como artefactos hechos y tallados en madera. Los juguetes más sofisticados eran fabricados a pedido de personajes de la nobleza, para sus hijos.
Para aquellos que no tenían los medios económicos para acceder a estos costosos artefactos, la opción perfecta eran los juegos al aire libre, así también como juegos verbales, propios de la tradición oral. En este sentido, algunos historiadores han podido rastrear hasta la Edad Media algunos juegos infantiles que persisten hasta el día de hoy, como por ejemplo La Gallinita Ciega, pares o nones, el churro, o simplemente contarse entre ellos algunas fábulas de Esposo, entre otros cuentos de la época.
Por su parte, los adultos, aun cuando también se sometían a extenuantes jornadas de trabajo, también encontraban momento para el esparcimiento. En cuanto a los distintos juegos en la que los adultos de la Edad Media ocupaban su tiempo, se pueden contar las siguientes:
·         Jey de Poume: Conocido también como Juego de Palmas consistía en lanzar una pelota, usando para ello la palma de las manos.
·         Soule: Consistía en pelearse una pelota hasta hacerla regresar al punto de inicio. Por lo general se jugaba con una pelota fabricada en base a tejido y pasto. El evento daba lugar a grandes combates, a través de prados y bosques. Se cree que este juego puede ser uno de los antecesores del fútbol moderno.
·         Las justas: Este juego, básicamente consistía en el enfrentamiento de dos caballeros, montados sobre su caballo, lanza en mano. Ganaba el que lograra romper tres lanzas, en cada encuentro, o por el contrario tumbar a su oponente, lo cual era tomado como una lanza rota. Este juego era desarrollado de forma  pública, y llevado a cabo con lanzas de madera y escudos. Sólo podían participar personajes de la nobleza o la corte, el pueblo en general podía acercarse a disfrutar del espectáculo, al menos que los reyes decidieran lo contrario.
·         Ajedrez: Según apuntan fuentes históricas, en principio no era jugado sobre un tablero, sino sobre un trozo de tela, unicolor. Por algún tiempo fue prohibido al pueblo, considerándose una diversión exclusiva para nobles y caballeros.
·         Alquerque: Entre los juegos más populares de la Edad Media resalta éste, descrito como un popular juego de mesa. Los historiadores han indicado que este juego puede ser asumido como uno de los principales antecesores del juego actual de Damas.

Extendiéndonos a la Edad Moderna en los siglos XVI y XVII, aparecen ya juguetes como los conocemos ahora y es en esta época cuando empieza a manifestarse el ingenio de los fabricantes. En aquel momento, los niños emplean juguetes bélicos como por ejemplo soldados, cañones, arcabuces, etc. En cambio, las niñas continúan jugando con muñecas, que se fabricaban en yeso para las niñas del pueblo, y en cera coloreada para las niñas de familias acaudaladas. En el Renacimiento aparecen los primeros soldados de plomo, de uso exclusivo para los más ricos, así como la gran innovación de la época: los muñecos autómatas, que reflejaban ya los conocimientos mecánicos de la época. Las clases menos privilegiadas debían conformarse con caballos de madera, carros, bolos y cualquier utensilio que pudiera hacerse con cañas.
Es en esta época cuando empiezan a emplearse los juegos o juguetes didácticos.
A finales del siglo XVII, y sobre todo del XVIII, la sociedad comienza a transformarse hacia la industrialización. Los niños humildes se divierten jugando en grupo y a juegos que no requieren de un «objeto» alrededor del cual se organice el juego. Más que de juguetes, cabe hablar de juegos, como el toro o el balancín. Existían caballitos con preciosos estribos, aunque la mayoría de los niños/as de la calle lo conseguían con un barril al que se le adosaba una cabeza de madera plana.
También se extiende en el siglo XVII el coche de juguete. Muchos de ellos eran reproducciones exactas de los carruajes de la época.
Por su parte, las niñas seguían jugando con muñecas de madera o trapo, pero se inicia una tendencia a abaratar la fabricación con el uso de materiales y técnicas apropiadas. Junto a la muñeca, otro juguete de todos los tiempos es la pelota, que antiguamente podía estar rellena de arena o de aire. El verdadero cambio en el mundo del juguete lo marca el principio del siglo XX, cuando se toma conciencia de que el juguete es también un medio pedagógico, que servirá al niño para favorecer su inteligencia y facilitar sus estudios.
Enfocándonos en la edad contemporánea podemos encontrar diversos tipos de juegos, desde “los de calle” hasta la tecnología más avanzada. Años atrás los juegos más novedosos del momento eran las canicas, el "topao", el teléfono descompuesto (el oído y la voz como únicos elementos); las escondidas, el pañuelo, la gallinita ciega. Nadie se aburría y alrededor de cualquier botella o lata vacía se desarrollaban los mejores y más divertidos juegos. Juegos sencillos, prácticos, divertidísimos, donde la imaginación echaba a volar y lo único que nos requerían era nuestro constante movimiento físico y la socialización permanente.
Lamentablemente, estas formas, estos modos tan divertidos de jugar se extinguieron y muy difícil es rescatarlos en estos tiempos de alta tecnología donde no se concibe un adolescente sin celular, sin un I pod, una laptop, o cualquier video juego de esos que desconecta a los niños de su mundo exterior encerrándolos cada vez más en sí mismos. Sumergiéndolos en un estilo de vida caracterizado por el sedentarismo. Es la tecnología que reina hoy día. La capacidad de esos cada vez más pequeños artefactos que, como dictadores, dan instrucciones una tras la otra; "indican" a los niños cómo deben jugar y hasta los guían a jugar con temas preseleccionados por sus diseñadores. Los padres que económicamente pueden, para "tranquilizar" las energías naturales de los niños, han recurrido a juegos electrónicos, como el nintendo, play station, game cube, el uso de juegos para computadora, el internet, el chat, la televisión, actividades muchas veces solitarias, que si no se acompañan de la posibilidad de ser compartidas con otras actividades sociales, deportivas, dejaran al niño con pocas habilidades para socializar y desarrollar sus capacidades físicas y mentales.

Autora: Luciana Rivero Martos

BIBLIOGRAFÍA:
www.biblioteca.uniroja.es
www.educación.elpensante.com
es.wikipedia.org
recuerdosdelainfancia.blogspot.com.ar
www.buenastareas.com
www.diariolibre.com


LA ECONOMÍA DEL JUEGO: ¿Es necesario comprar?

Por: Agostina Velázquez



  Al nacer, todos formamos parte de un grupo familiar, éste es diferente en todos los casos y tiene distintas composiciones, ya sea madre, padre e hijos; abuelos y un niño o niña, tíos, tías u otros tutores. Pero en todas sus variantes es muy importante para nuestra formación como personas en la infancia. Además de ser este el responsable de hacer sentir más o menos seguros, queridos y valorados a sus integrantes.
  Es importante destacar que este sistema se ve influenciado por numerosos factores externos e internos, tales como, clases sociales, país, zona geográfica, situación económica, ideología, religión, época, formas de relacionarse entre ellos y con los demás individuos, entre muchos otros.
  Además de la satisfacción de las necesidades básicas del infante es necesario ofrecerle afecto, palabras, miradas, valores y juegos. En especial hablaremos de esta última actividad ya que los chicos pasan la mayor parte de su tiempo jugando, es una de las acciones que les despierta mayor interés, lo cual es positivo ya que cumple una función muy importante en su desarrollo; jugando van conociendo el mundo que los rodea y pueden dar rienda suelta a su imaginación. Todos tienen derecho a jugar, a participar en la vida cultural y artística; lo que es  fundamental en sus vidas ya que también genera y enriquece el vínculo entre ellos y  los adultos. De esta manera empiezan a comprender que hacen los mayores, para qué usan las cosas; compartir con otros y aprender a comunicarse con otros; a expresar sus ideas, así también descubrir que les gusta o disgusta y de que son capaces o no, de hacer. ¡Es un gran paso a su socialización!
  Como dijimos la familia se ve atravesada por una cultura, por lo tanto es un reflejo de esta. En estos tiempos nos hemos vuelto una sociedad consumista, segada por las cosas materiales; constantemente compramos electrodomésticos, autos, ropa, zapatos, juguetes, muchas veces sin necesitarlos, simplemente con el fin de acumular y acumular. ¿Cómo influye esto en los niños? Y ¿Cómo se relaciona con el juego?
  Se compran juguetes a diario, muchas veces porque sí, no hace falta que sea un día festivo, cumpleaños o que el niño haya tenido algún mérito. Autitos a control remoto, muñecas que hablan y lloran, Barbies con múltiples cambios de ropa, maquinitas con sonidos y luces de colores; productos novedosos que nos aseguran diversión y entretenimiento para los niños y que en más de una oportunidad al abrir el paquete nos llevamos una decepción.
  Incluso los celulares, tablets, computadoras y televisores, artefactos que los mayores utilizamos se han vuelto objetos de juego y entretenimiento para los más pequeños.
  Los niños tienen mucha capacidad de aprendizaje y de interesarse por su entorno, son curiosos, tienen esas ganas permanentes de saber y llegada la edad, de preguntar “¿Por qué?”; lo que los lleva a tocar y observar lo que los rodea, son pequeños investigadores que tocan todo lo que pueden. Pero las nuevas tecnologías y artefactos de entretenimiento espontaneo, rápido, “asegurado”; muchas veces sustituyen a la imaginación, indagación, e inhiben el anhelo de descubrir y crear, que tanto caracteriza  a los niños. Al tener a la mano, las respuestas, la satisfacción inmediata y el querer tener la mente ocupada, con un solo botón (estimulo) obtienen lo que buscan (respuesta).
  Por estas razones es importante que los adultos fomenten en los niños esa curiosidad, debemos impedir que pierdan el entusiasmo y las ganas de saber más y más ¿Acaso generaciones anteriores no jugaban al aire libre? y si no era posible comprar ¿No hacían sus propios juguetes o jugaban con lo que tenían a la mano?, ¿Esto ya no es posible?
  Como mencionamos a través del juego los niños aprenden y descubren el mundo y qué mejor manera de descubrirlo que jugando con lo que nos ofrece. Cuántas veces han comprado un regalo a un niño y éste se puso a jugar con la caja, los envoltorios o las tiras de burbujas protectoras que a ellos tanto les gusta reventar. De esto surgen comentarios divertidos como “¿Por qué mejor no le dimos una caja?”… y ¿Por qué no?
  Desde el nacimiento hasta los 2 años de vida sus juegos son corporales, intentan agarrar y llevar a la boca todo lo que ven, gatean, se arrastran, muerden, lanzan, se ríen cuando les hacemos caras o hablamos en cierto tono de voz o si nos escondemos y aparecemos “mágicamente”, todas estas conductas son juegos para ellos, y a través de ellas empiezan a relacionarse con su nuevo mundo. Como vemos hasta aquí no son imprescindibles los llamados comúnmente “juguetes” ya que ellos demuestran interés por todo lo que los rodea, todo es novedoso y digno de ser jugado y conocido.
  A partir de esta edad y aproximadamente hasta los 7 prefieren jugar a imitar y representar, cuando son más chicos pueden simular a que duermen o comen utilizando su propio cuerpo. Pero conforme van creciendo pueden jugar a ser mamá, papá, doctor; aquí puede participar un adulto, un compañerito de juego (aunque quizás todavía le resulte difícil ponerse de acuerdo con sus pares, a diferencia de si el niño juega con un adulto ya que este le permitirá que establezca las reglas), o incluso solo, ya que ellos suelen llegar a tener amigos imaginarios. También pueden ser cocineros utilizando ramitas, hojas, flores, tapitas, recipientes vacíos y limpios, o jugar a que son vaqueros o gauchos que andan a caballo, montados a un “salvaje” palo de escoba, cualquier objeto que les llame la atención y les recuerde a alguna situación o acción que conozcan puede ser utilizado. Su imaginación no tiene límites.
  Alrededor de los 6/7 años (incluso antes) en adelante, los niños comienzan a interesarse por los juegos con reglas, ya sea la escondida, la embopa/cazada, rayuela, etc. Al inicio las reglas serán dadas por un mayor y cada uno las seguirá bajo su criterio y las considerarán como otra opción de juego; pero más adelante las tomaran al pie de la letra. En esta etapa podrán jugar con mayor facilidad junto a sus compañeros, ya que este tipo de juegos junto a la escolaridad permiten la adquisición de habilidades sociales, como respetar turnos, aprender a perder y a ganar, escuchar las opiniones de los demás y a decir las propias. Además de que ayudan a estimular la memoria, el lenguaje y la atención, entre otros.
  También podemos ayudarlos a crear sus propios juguetes, por ejemplo: haciendo títeres de medias, muñecas de trapo; transformando una caja en un avión, en un auto, una nave e incluso en una casita; con cartón o cartulina se pueden hacer juegos de cartas, memotest, domino, ta-te-ti, hasta utilizando frasquitos limpios y colocándoles semillas adentro se puede hacer un sonajero.
  Ahora sabemos que no es necesario comprar un juguete para que los pequeños se diviertan o aprendan, ya que su imaginación vuela y pueden entretenerse con lo que tengan a disposición. Lo que no significa que no podamos sorprenderlos de vez en cuando con alguno nuevo.

  Es posible encontrar los modos y poner en práctica nuestra creatividad, solo es cuestión de “saber abrir la puerta para ir a jugar”.